31 de diciembre de 2019, 10 de la noche, parada 11 de Punta
del Este…
Una perra doméstica de 9 años que se llama “Pumbi” sale
despavorida de su casa asustada y aturdida por los fuegos artificiales que hace
rato anuncian la proximidad de fin del año.
La familia de “Pumbi” tenía todo pronto para celebrar y
recibir el 2020 lleno de deseos, esperanza y felicidad, cuando se dieron cuenta
que la perra no estaba.
Para esta familia, el final del 2019 y el comienzo del 2020
fue en la calle, lejos de festejar, buscando desesperadamente a una de sus
mascotas.
Definitivamente, el año había empezado mal.
No fue hasta 14 horas después que la incesante búsqueda y la
amplia difusión de la situación por redes sociales, dieron resultado.
El celular de su dueña sonó, era un número desconocido de
alguien que había encontrado a su perra.
La imaginación la llevó a pensar que la llamaban desde José
Ignacio, desde San Carlos, o desde cualquier otro lugar, seguramente alejado de
su casa.
La sorpresa e incredulidad fueron mayúsculas cuando supo que
ese lugar era la Isla Gorriti, ubicada a casi 2 km. de la costa.
Aterrada por los ruidos de los fuegos artificiales y cuando
eran cerca de las 10 de la noche, “Pumbi” había huído hacia la rambla, la cruzó
sin consecuencias en medio del intenso y veloz tránsito típico de un 31 de
diciembre, llegó a la playa y se tiró al mar a nadar desesperadamente.
La noche estaba horrible, viento, lluvia y cientos de
destellos de fuegos artificiales que empujaban a “Pumbi” cada vez más hondo en
un mar muy agitado por el viento.
Luego de 4 o 5 horas de nadar bajo la pertinaz llovizna y en
contra del viento sostenido, la perra llegó a la isla, extenuada, asustada,
desorientada y muy lejos de la búsqueda de sus dueños.
Con el primer amanecer del 2020, el funcionario municipal
que cuida la isla encontró (gracias a su perro “Mustafa”) a “Pumbi”, con las
patas lastimadas por las rocas y con el visible cansancio de la odisea vivida.
El matrimonio de isleños no la podía agarrar, no se dejaba,
hasta que en un segundo o tercer intento, lo lograron.
Su dueña logró solucionar el inconveniente de la prohibición
de viajar con mascotas en las lanchas de tráfico que llevan y traen gente de la
isla y se embarcó hacia allá
El momento del encuentro, el regreso a casa y la
recuperación de su mascota, lo cuenta la propia dueña en LMDO